domingo, 22 de abril de 2012

YPF y la Debilidad Espiritual de la Integración Latinoamericana

Tras las muestras de unidad y desafío diplomático frente a EE.UU. exhibidas en la cumbre de Cartagena, las reacciones diversas y pusilánimes frente al reclamo español por la re-nacionalización de YPF por parte del gobierno argentino muestran la debilidad espiritual de la integración latinoamericana. La prepotencia de España, tanto en términos verbales como políticos (la expropiación es un acto legal, por lo que el gobierno español estaba intentando dictar política interna a Argentina por medio de amenazas), merecía una clara respuesta de rechazo unificado de parte de los países latinoamericanos. Si resultaba imposible un ‘estamos de acuerdo’, si se podía un ‘respeten las decisiones soberanas’. Los intereses económicos cortoplacistas, junto a las diferencias ideológicas, hicieron sin embargo imposibles una muestra de unidad. Solo el Parlatino entre los mecanismos de integración ha dado su apoyo, aunque con la vergonzosa abstención de México. Los posicionamientos promercado de muchos, y el temor a espantar inversiones (aparte del cipayismo inherente, claro), impedían una respuesta unánime por parte de la Celac y la Unasur... aunque no de Mercosur, o del Alba.

En términos de países individuales, Chávez, Ortega, Morales y Mujica expresaron abiertamente su apoyo, e igual Cuba (¿Correa, estará en espera de inversiones de Repsol y por eso se quedo tan raramente callado?) Brasil escogió la diplomacia extrema, que debió haber sido la de todos: no opinamos, no intervenimos, respetamos. Pero recibir al siguiente día al ministro argentino ‘interventor’ y anunciar mayor participación de Petrobras en Argentina, demostró su aprobación de facto.

Hasta el G20, y el nefasto FMI terminaron, frente a la vulgar petición de apoyo española, explicando que era una cuestión bilateral en la que ellos no podían intervenir: México y Colombia debieron haber hecho al menos lo mismo.

Las palabras de Mujica son las que mejor recogen el porqué, mas allá de la hermandad, el rechazo de latinoamérica al intervencionismo español debió haber sido unificado y contundente: "Nuestra solidaridad en las verdes y en las maduras. No nos gusta el prepo de la Europa rica, PORQUE LO USAN CON ELLOS, Y MAÑANA CON NOSOTROS.”

viernes, 20 de abril de 2012

La Cumbre de las Dos Américas

La cumbre de Cartagena dejo constatado que las ancestrales diferencias culturales entre la América Neo-Tropical y la América Neo-Artica han adquirido un carácter geopolítico e institucional definido. Estados Unidos y su apéndice Canadá, tienen una visión de mundo e intereses distintos a los de América Latina y el Caribe. El paternalismo neo-colonial que guía a Estados Unidos no tiene cabida ya en los estados reunidos en la recién nacida CELAC, que buscan constituirse en un bloque autónomo de poder. Igualmente, la nueva realidad de la CELAC no tiene cabida en la concepción identitaria de hegemón global que define a Estados Unidos. Para EE.UU., América Latina es un apéndice subordinado y periferal, que debe aceptar instrucciones y sujetarse a inspecciones y certificaciones. Para la nueva América Latina EE.UU. es un socio, que debe respetar las decisiones soberanas de los estados, y comportarse como un igual. El hecho de que como unidad, represente el mayor mercado para los productos de EE.UU., debiese ser suficiente evidencia de su importancia.

Pero EE.UU. no es un igual: Es un imperio poderosísimo y unitario, guiado por ideologías mesiánicas interventoras, cada vez mas fanáticas. Es el mayor poder militar que ha conocido la historia, y, cabe no olvidar jamás, posee la capacidad de destruir toda la vida, humana-animal y vegetal que habita la Tierra. Es un centro de creatividad tecnológica sin parangón, y una cultura de producción y comercialización que nadie supera, y que le constituyen en el mayor centro económico del planeta. Su estabilidad institucional es irrefutable, aunque no lo sea su democracia.

Pensar que América Latina es un igual comparable es una broma pesada: Es una colección de estados relacionados pero heterogéneos, que no une ninguna institución, solo una recién creada e indefinida liga, que no posee proyecto global específico, mas allá de un llano deseo de desarrollo y soberanía; Su inestabilidad política e institucional es famosa, y aunque el desarrollo económico sea mediano, la desigualdad interna subvierte la armonía social. Débiles militarmente, con poca creatividad tecnológica y mediocre capacidad comercial, no puede esperar que sus reclamos de igualdad sean escuchados solo porque las tendencias y proyecciones indiquen que ha de esperarse una sostenida mejoría y progresiva unificación.

Esto no significa que no se deba reclamar la igualdad geopolítica - el discurso es parte esencial de una construcción - lo que significa es que ésta no será legada ni reconocida. La igualdad solo puede ser arrogada y establecida. Así, el gesto de Correa es una arrogación de igualdad, pues se niega a la puesta en escena de la subalternidad y sumisión frente a EE.UU., e igual lo son los gestos diplomáticos concernientes a Cuba y Malvinas (cabe señalar de que la pretensión de que EE.UU. apoye los reclamos argentinos sobre Malvinas es absurda, ya que Gran Bretaña no es mas que uno de sus apéndices geopolíticos, es decir, en términos prácticos, las Malvinas actualmente son de EE.UU.).

Pero son los hechos de establecimiento de igualdad los verdaderamente relevantes, y estos se fundamentan en dos planos principales: Primero, la construcción institucional (Unasur, Celac, etc. como entidades funcionales y vinculantes); Y segundo y mucho mas relevante, la construcción económica y militar. Sin una base industrial-comerical autónoma, sin sistemas de defensa poderosos, América Latina no tiene fundamentos para esperar ser tratado como un igual frente a las potencias planetarias.

Si la unidad testimonial mostrada por America Latina en la cumbre de Cartagena pasa entonces a planos de construcción económica e institucional efectivos, la ‘Cumbre de las Américas’ pasará a ser una reunión, no entre múltiples estados americanos, si no entre dos partes, entre dos superpotencias, America Latina, y Amética Nórdica (aunque es posible que Brasil busque equivocadamente preservar su autonomía, y entonces fuesen tres los elementos: La Unión Hispanoamericana, Brasil, y Norte América). La historia dirá...

domingo, 15 de abril de 2012

La Grotesca España

Los hechos del jueves 12 de abril del 2012 (a diez años exactos del carmonato venezolano), evidencia claramente la putrefacción intelectual y moral de España: Un estado en quiebra, con una quinta parte de su población desempleada, vapuleada abiertamente por sus ‘socios’ co-continentales, arrodillada institucionalmente ante ‘los mercados’, embiste con un lenguaje amenazante y prepotente, reminiscente de viejos colonialismos imperiales, contra un estado hispanoamericano, Argentina, con el único propósito de defender los intereses en ese país de una pequeña élite corporativa española. El hecho no es menor; el lenguaje utilizado demuestra un profundo desprecio hacia el país interpelado; los motivos demuestra, una vez mas, que la prioridad del estado español no es el bienestar de su ciudadanía, si no perpetuar los privilegios de las clases potestadas.


Para que entienda el no iniciado en el asunto de trasfondo; Repsol, compañía privada de capital prioritaria, pero no exclusivamente español, maneja YPF, compañía privada otrora estatal Argentina. Sujeta al colapso de la economía española, Repsol ha destinado sus ganancias en YPF casi en su totalidad a pagar dividendos a sus accionistas, evitando la inversión productiva, lo que ha llevado al desabastecimiento energético en Argentina, lo que ha obligado a importar petróleo, aunque sea poseedora de suficientes yacimientos para ser autosuficiente energéticamente. En todo su derecho como país soberano, tomando decisiones en beneficio de su ciudadanía, el estado argentino, por medio de sus provincias, dueñas del petróleo (aunque algunos españoles delirantes se han atrevido a exclamar ‘nuestro petróleo’), ha comenzado a quitar yacimientos a YPF-Repsol, y supuestamente, planifica su renacionalización (que conlleva comprarle sus partes a los accionistas, no su expolio). El hecho no es objetable en términos del derecho Argentino e internacional. Un estado pone las reglas a las compañías que operan en su territorio, y los derechos corporativos no pueden ir en detrimento del bienestar social, y cuando lo hacen, deben ser intervenidos para corregir el problema.


La reacción de España se sustenta en opuesta concepción de mundo: Las corporaciones privadas priman sobre el estado y el bienestar social, y el estado está a su servicio y defensa. España exige a Argentina que se doblegue ante una corporación privada española, aunque esto sea detrimental a la economía del país americano. Esta concepción de mundo no se manifiesta tan solo en sus posturas hacia países externos, sin no que se exhibe con igual perversa coherencia hacia sus propios ciudadanos. El estado español, arruinado, no invierte sus recursos en activar su economía. Sus recursos se invierten en pagar la deuda a los acreedores, motivo por el que aplica draconianas medidas de ‘austeridad’ (el fetiche capitalista), que conllevan drásticas reducciones en el nivel de vida e ingreso de la población, lo que a su vez reduce la capacidad recaudatoria del estado, llevando a un espiral retro alimenticio de mayor austeridad, que conduce inexorablemente hacia la ruina y el estallido social. La solución sencilla, sería aplicar por igual las reglas del capitalismo a todos: Los acreedores cometieron un error al prestar al estado, incapaz de pagar, y deben asumir una quita y una moratoria. Así el estado, libre momentáneamente de deuda, puede estimular la economía, llevando al crecimiento, y a un eventual pago de deuda. Esta herejía no se contempla, por que en la Europa tecnocrática, donde la democracia de hecho ha colapsado en Grecia e Italia (los gobiernos actuales fueron ‘electos’ por la banca internacional y Bruselas), se basa en el simple postulado neoliberal de que los que mas tienen privilegios mas privilegios merecen, y los que menos tienen menos deben tener, pues así se hace ‘justicia’ a la capacidad natural del individuo, y se premia el “éxito”.


Donde mayor se manifiesta esta abominación es en el concepto de deuda hipotecaria. En España, si una persona deja de pagar su hipoteca, pierde su domicilio, como en la gran mayoría de los países del mundo. Pero en la España de la justicia y premio al éxito, este castigo no es suficiente, pues la deuda no se considera pagada con el inmueble, como en la gran mayoría de los países del mundo, si no que el individuo queda debiendo la deuda pendiente. Así, el banco no solo recupera lo adeudado con la venta del inmueble confiscado, si no que la recupera de manera doble. La perversión absoluta de este esquema ya ha sido declarada por el presidente Correa de Ecuador como una violación de los derechos humanos, quien ya toma medidas para proteger a los ecuatorianos que regresan a su país con tales deudas.


España siempre ha sido una sociedad basada en el privilegio y la jerarquía. Y el maquillaje democrático de la transición no cambió este aspecto, si no que lo perpetuó disfrazado, escondido tras la vulgaridad libertina de ‘la movida’, elecciones y un popurrí de ‘autonomías’. Que el jefe de estado no fuese electo, no fuese responsable y estuviese por encima de la ley lo demostraba espléndidamente, pero eso no molestó demasiado; era mejor que Franco, de quien, cabe recalcar heredaba el poder. Ese rey, ahora senil, con sus aburridos discursos redundantes y carentes de legitimidad, provee con su comportamiento reciente el perfecto ejemplo de la grotesca situación de España. Mientras el pueblo español pierde día a día sus trabajos y sus casas, sus derechos laborales y beneficios de sanidad, mientras el país cae cada día mas en deuda, el rey anda, en secreto, cazando elefantes en África. Nadie se hubiese enterado si no es por que se cayó y se rompió algunos huesos. No hubo en respuesta a ese irrespeto revueltas legítimas de indignación en las calles (revueltas que pronto serán imposibles, pues el democrático estado español se apresura a criminalizar la protesta publica), el pueblo español esta bien entrenado por su ‘prensa libre’, la indignación debe ser hacia los indios levantiscos del virreinato de la Plata, que roban el petróleo español.

Argentina no ha respondido a la agresión verbal del gobierno español; tampoco lo han hecho los estados bolivarianos, sus aliados, dados a no dejar pasar por alto tales afrentas. Es curioso... Tamaña prepotencia merece sin embargo un castigo ejemplar. Entre otros, no asistir a la cumbre de Cadiz sería un buen paso, o mejor, declarar la nulidad de la neocolonial institucionalidad 'iberoamericana'; hasta que se reinstaure la república, claro, que no hay que olvidar que son los primos europeos, e Izquierda Unida aún mantiene en las sombras la dignidad.

viernes, 6 de abril de 2012

La falacia de la demasía de esquemas de integración en América Latina

Contrario a múltiples y frecuentes críticas, en América Latina no hay demasiados esquemas de integración, mas bien hace falta mas. Me explico:
En primer lugar, los que existen corresponden a realidades geográficas e ideológicas especificas; La Comunidad Andina responde a el hecho de una realidad geográfica y cultural de esa zona; El Mercosur en su origen se podría interpretar como la respuesta a la realidad de una zona del Plata (tanto Sao Paulo como Brasilia están en la cuenca de ese sistema riberino); el esquema del CICA responde a la realidad histórica y geográfica de Centro América. Los nuevos esquemas sombrilla responden a la realidad de zonas mayores. La UNASUR al hecho de una masa continental Suramericana definida que requiere una gobernanza; la CELAC a la realidad de una zona geo-cultural latinoamericana que requiere una entidad que establezca su unidad. El ALBA corresponde a un impulso ideológico específico y la Alianza del Pacifico corresponden a tanto a una realidad ideológica como geográfica, ambas siendo esquemas donde ciertos países están dispuestos a una integración especifica, a la que otros no. Y así los esquemas técnicos, como ALADI o los apoyos conceptuales como la Cepal o el Sela.
Esta multiplicidad, contraria a las criticas, no es negativa, si no necesaria, ya que evitan los estancamientos presentes en los esfuerzos maximalistas sujetos a consensos absolutos: Donde un esquema se tope con la resistencia de un miembro, existe otro, etc. Los problemas presentes de la unión europea exhiben el error de los esquemas monolíticos.
Esto no significa que no se deban sintetizar o optimizar las existentes: El Parlatino necesita ser reformado, haciendose una entidad con mayor voz y poder. La Cica necesita realmente aglutinar a Centro América. La Can y mercosur deben eliminar redundancias y juntar aquellos consejos que repitan dentro de la Unasur. Pero la Can no debería ser eliminada en un futuro, pues esa región tiene unas particularidades que requieren un tratamiento especifico en los ámbitos del turismo, la ecología, la cultural, e igual Mercosur, que quizás debiese ser mas una entidad enfocada en la cuenca del Plata, mientras se conforma otra enfocada en la cuenca del Amazonas-Orinoco, etc.
Ahora bien, hacen falta mas esquemas de integración: En específico, comunidades históricas: Cada virreinato debería ser reconformado como un esquema de relacionamento cultural. Igual, y mas apremiantemente, los imperios-civilizaciones indígenas.... el Tiwantinsuyo... la Liga Maya. E igual una zona histórica de la Gran Colombia. Pero el esquema de integración que falta de manera mas obvia y necesaria es la Unión Hispanoamericana.
Así, la Unión de Latinoamérica se establece como un sistema flexible y multifacético, capaz de responder en distintas escalas y ámbitos ... un sistema que integre pero reconozca los distintos fragmentos y zonas en que se divide la región... un sistema fractal-integral.