jueves, 4 de julio de 2013

Lecciones de la Agresión Europea Contra el Presidente de Bolivia

La agresión en Europa contra el presidente de Bolivia ha descubierto varias cosas:

Europa está dispuesta a violentar la ley internacional que garantiza la inmunidad diplomática a los jefes de estado para capturar un prófugo de la justicia de Estados Unidos.

Europa está dispuesta a poner en peligro la vida de un presidente latinoamericano en pro de la política estado unidense.

Lo anterior lleva a la conclusión de que Europa es un territorio subordinado a los Estados Unidos, unas colonias sin voluntad propia; y que para ellos latinoamérica no reviste de la menor importancia.

Sobre Latino América, sobresale lo siguiente:

Colombia y Chile se rehusan a una reunión de Unasur: su estatus cipayo queda claramente evidenciado.  No buscan el respeto basado en la autonomía, si no en la subordinación al imperio.  Es decir, buscan una posición similar dentro de la estructura de poder a la que tiene Europa.  No se dan cuenta de que tal es convertirse en herramienta, no en centro de derecho y poder. 

El Brasil de Dilma se limita al discurso fácil.  Es una administración mediocre y débil, sin capacidad para liderar la región. 

La agresión contra Bolivia, la violación de la ley internacional, debió haber conllevado una reunión de la CELAC; que no se de ni una reunión de la UNASUR demuestra que la unidad latinoamericana sigue siendo un discurso hueco.

Si Latinoamérica fuese un centro de poder, se hubiese clasificado la agresión contra Morales como un acto de guerra, y se hubiesen congelado las relaciones con tales estados europeos, y con su metrópoli imperial, Estados Unidos.

El suceso por tanto, en términos de la reacción latinoamericana, es una tragedia histórica.